La mañana nos saludó con su habitual color gris. Las nubes amenazaban con descargar su preciado líquido. Probablemente llovería, pero no dejamos que algo así nos hiciera romper nuestros planes. Estábamos decididos a cumplir con el recorrido que habíamos planeado durante varias semanas.
La idea era llegar a Plentzia desde la CEPA de Sopelana. La cita había sido fijada para las 10:00 am, recorreríamos el tramo entre Sopelana y Plentzia a través de la GR280, que habíamos trazado en nuestros mapas con antelación.
Durante el recorrido nos detuvimos en varias ocasiones para dejar constancia de nuestra aventura y para destacar las distintas señalizaciones que nos encontramos en el camino.
La primera marca, la encontramos en el exterior de Kurtzio, Aula de Kultura de nuestra localidad y allí hicimos la primera fotografía.
A lo largo de la calle Mendieta subimos en dirección a Barrika sin grandes dificultades. Una vez en Goierri (Barrika) comenzamos a bajar hacia Plentzia. A los pocos metros dejamos la Ruta GR280 a la izquierda, pues se adentra en una zona boscosa y llena de barro, por lo que decidimos seguir el camino asfaltado.
El sudor empapaba nuestros cuerpos con tantas subidas y bajadas, pero el recorrido todavía nos guardaba algunas sorpresas imprevistas. Ya solo nos quedaba bajar una vertiginosa pendiente que termina en la Vega de Txipio.
En este tramo encontramos varios frutos en el suelo, que nos hicieron investigar cual era su especie. Una de nuestro grupo nos sacó de dudas y nos explicó que se trataba de un madroño.
La lluvia caída la noche anterior había convertido la carretera en una pista de patinaje, por lo que el final de nuestra aventura se complicaría peligrosamente. Comenzamos a resbalar hasta el punto de que más de una llegamos a poner nuestras posaderas en el suelo y no fue para descansar precisamente.
Después de practicar patinaje sin patines, conseguimos llegar sanas y salvas al humedal de Txipio donde volvimos a retomar la Ruta GR280 hasta la estación del Metro.
Ya habíamos llegado a nuestro destino.
El Gps nos informó de que habíamos tardado 1 hora y diez minutos en recorrer 4 kilómetros y medio. No se puede decir que fuera un record, pero estoy segura de que la próxima vez lo haremos mejor. Una vez en Plentzia, cruzamos el puente y fuimos a ver el molino de mareas “Gazteluondo” que data del año 1798. Junto a éste todavía está la “antépara” y alrededor las ruedas del molino. Seguidamente, disfrutamos recorriendo las calles de la Villa y conociendo un poco de su historia: Que fue fundada por Don Diego López de Haro sobre el antiguo poblado de Gaminiz. El Casco antiguo, actualmente, tiene la categoría de “Conjunto Monumental” gracias a su variedad arquitectónica y conservación. En el año 1437 sufrió grandes incendios y a finales del Siglo XVII quedaron en pie únicamente la Iglesia, Torre Barri y parte de la muralla, por lo que, en la actualidad, las casas más antiguas no se remontan más allá del Siglo XVI. Destaca también la Ermita Humilladero del Santo Cristo.
Una mañana muy bien aprovechada.
Esperamos con impaciencia la nueva salida.
EpaMendiTaldea.
(Andoni Barturen, Charo Nogués, Isabel Pérez, Rosa Santiago, Esther Txintxurreta, Edorta Uribarri)