Un trabajo realizado en clase nos ha llevado a conocer a una
serie de personajes pintorescos y entrañables que animaron las calles de Bilbao
con el espíritu sietecallejero. A algunos merece la pena retratarlos para que
todos podamos disfrutar de su conocimiento; La Sañuda, José Luis Pitarque,
Jaime Selvy, Julián el tuerto, Pepita del kiosko del arenal, Cabesita de ajo,
El guarda Alonso, Chata la borracha, Serafín Menchaca, el maestro Pitolerdo,
son algunos de sus curiosos nombres.
PITARQUE
Don José Luis Pitarque ( o simplemente Pitarque para la
historia de Bilbao) vivió toda su vida del cuento. Su nombre aún hoy sirve para
designar a cuantas personas practican el arte de vivir como un maharajá sin dar
ni golpe.
Con buena presencia y siempre elegantemente vestido con
trajes impecables, desarrolló su actividad en la primera mitad del siglo pasado
Una de sus habilidades era la de catador de banquetes
nupciales. Los que iban por parte de la novia pensaban que aquel señor tan
simpático y atento iba por la parte del novio y los de éste creía lo contrario
Acabado el ágape, los comensales se disgregaban y Pitarque
desaparecía del restaurante haciendo para sus adentros una crítica del menú. El
resto del día lo empleaba nuestro personaje en hacer relaciones públicas,
alternando y bebiendo gratis gracias a su ingenio.
LA LOCA DE ARRIQUIBAR
En la plaza Arriquibar (hoy entrada a la Alhondiga), solía
sentarse una mujer; pasaba horas y horas, a veces tejiendo, pero siempre
mirando a una tienda que había en la esquina de Alda. Urquijo. Se hacía unos
sombreros cada vez más grandes y esperpénticos y la gente la llamaba la loca de
los sombreros. No se metía con nadie, solo miraba a la tienda esperando que
apareciera el hombre del que estaba enamorada, que decían que había sido su
novio y la dejó para casarse con otra y eso le había hecho perder la cabeza.
Nunca dejó su vigilancia diaria, estuvo allí hasta que murió.
Dicen que la canción de Perales y que canta Mocedades “La
llamaban loca”, se inspiró en su historia.
(No hemos encontrado ninguna foto de ella, si alguien
tuviera alguna, por favor, remitirla a la C.E.P.A de Sopelana)
LA SAÑUDA
Trinidad Sañudo, conocida en todo el Botxo como “La sañuda”,
personaje muy popular pues ha pasado a la historia bilbaína como la carguera
más famosa. Era alta, aseada, con buena planta, muculada; poseía una fuerza
descomunal y desempeñaba el cargo de capataza en la descarga de los vascos de
bacalao del vapor Ripa en el muelle de Uribitarte. Tenía una potente voz de
contralto, tanto para dar órdenes, como para cantar bilbainadas.
También era una mujer sensible y muy aseada; siempre lucía
impecable, vestida con blusa de lino, falda de satén un poco
“arremangada” que dejaba ver las puntillas de su “atorra” (saya)
almidonada, planchada y encañonada, alpargatas de esparto nuevas, toquilla de
punto a juego de la falda y moño con una peineta de nácar que remataba con un
“sorki” por si tenía que echarse a la cabeza una de aquellas cestas planas.
La popularidad de “La Sañuda” era enorme, su fama de
magnífica guisandera se la ganó a pulso, pues en las romerías de Artxanda,
Basusrto, Albia, Begoña, La Casilla y Deusto, instalaba una txozna, donde
preparaba in extraordinario bacalao y otros guisos tradicionales bilbaínos. La
chavalería le cazntaba esta jotita a coro:
“Con el sortzi-bederatzi de las casuelas
tienen el culo gordo las cosineras
las cosineras, las cosineras
y en esto La Sañuda es la primera…”
Y la buena mujer, que ya se lo olía, tenía preparada una
munición de manzanas y “kurruskus” que les lanzaba haciéndose la indignada,
sabiendo que serían para quitar el hambre que entonces abundaba.
JAIME SELVY
Jaime Selvy este ingeniero de origen inglés vino a Bilbao
contratado por Astilleros del Nervión, la factoría creada en 1888 por José
maría Martínez Rivas y Charles Palmer para construir tres cruceros
acorazados para la armada Española 1. Selvy formaría parte probablemente
del grupo de 200 técnicos y oficiales especializados que Palmer trajo de
Inglaterra para poner en marcha la empresa. Pronto Jaime Selvy se convirtió en
un bilbaíno más, residiendo en la villa hasta su fallecimiento a mediados
de la década de 1920. Alto y fuerte, de aspecto sano, cara colorada, vivos ojos
azules y pelo y barba plateados, disfrutaba, como buen inglés, del placer de
una copa en buena compañía, siendo célebre la decepción que sufrió en el
balneario de Arnedillo, a cuyos baños acudió por una dolencia reumática,
cuando al pedir whisky lo confundieron con vichy (agua de vichy). Fue
para todos sus amigos y conocidos un ejemplo de amistad, generosidad y
bondad. Se cuenta que tenía recogido en su casa un muchacho pobre, perros, gatos
y hasta un loro, al que cuidó y vigiló durante su última enfermedad y hasta su
muerte. Uno de sus amigos, Emilio Saracho, tras su fallecimiento,
explicaba su empeño en llegar al cielo por la certeza de que Jaime tenía ya
allí su puesto eterno.
CABESITA DE AJO
Decían sus paisanos: "Que llegó a este planeta, cansado
antes de conocer la herramienta"
Se le acoge en la Casa y al igual que su hermano se le ayuda
y socorre en sus necesidades.
Se sometió a estudio, unos años después para ver si Patxico
podía permanecer en la casa, sin trastornar el orden del Asilo, con niños y
ancianos.
Cabecita de Ajo, hacia honor a su mote era
"microcéfalo", con una deficiencia intelectual una cabeza muy pequeña
para un cuerpo muy grande y una fortaleza física mayor.
Su carencia de cultura, era analfabeto unido a su desarrollo
muscular, le hicieron ser temible por su brutalidad, hasta hacerse incompatible
con sus semejantes. Le mandaron a Derio a casa de un labrador, para que le
hiciera trabajar por ser robusto y fuerte.
Como a todos los zánganos se les olvida con rara
habilidad los hábitos del trabajo y aquello que dijo el Creador: Ganarás el pan
con el sudor de tu frente, no rezaba para él.
Pero pasó por su cabeza el seguro rancho de la Misericordia,
el mendrugo de pan blanco y el mullido colchón. Muy lejos del azadón y otros
aperos de labranza.
La Santa y Real Casa de Misericordia de Bilbao, es una
institución muy querida y arraigada en la historia de Bilbao con momentos
felices y otros, tristes , pero que son el recuerdo y la memoria de Bilbao.
En el año 1755 en la Sendeja, en lo que fue una antigua
carnicería, había una Casa de Piedad, el primer Asilo.
Pero el personaje principal de esta historia se llama
Francisco-Patxico o Cabecita de Ajo, que era el apodo por el que se le conocía
en todo Bilbao.
No hay comentarios:
Publicar un comentario